-- Donde estudiar
Se recomienda estudiar en un lugar donde se sienta cómodo,
que sea un lugar tranquilo y no tenga distracciones, ya que en un lugar donde
la persona que va estudiar no se sienta cómoda y se le presenten constantes
distracciones le costara mas concentrarse en estudiar, lo cual tendrá sus
repercusiones más adelante a la hora de aplicar lo que estudio.
En cuanto a la universidad donde estudiar, la elección de la
institución donde deseas estudiar debe considerar distintos aspectos. Su
calidad no necesariamente tiene relación con la publicidad que genera o el
número de programas que imparte. Se deben considerar atributos como el
prestigio de la institución y sus planes de estudio, nivel académico de los
docentes, si está acreditada y por cuantos años, disponibilidad de recursos de
apoyo a la docencia y el vínculo con otras casas de estudio destacadas en el
extranjero.
Además, es importante tener en cuenta los beneficios
estudiantiles que ofrece. En ese sentido, debes considerar:
Apoyo académico: Si la institución cuenta con tutorías de
apoyo al rendimiento académico, talleres de orientación vocacional, programas
de nivelación de competencias o inducción para alumnos nuevos, y cursos de
idiomas.
Intercambio estudiantil: Si existen convenios con
instituciones de Educación Superior en el extranjero y en otras regiones del
país.
Bienestar estudiantil: Si entrega becas institucionales y de
alimentación, atención médica, dental y/o psicológica, o cuenta con seguro de
accidentes para sus alumnos.
Orientación laboral: Si posee bolsas de trabajo, talleres de
emprendimiento o convenios con empresas para prácticas profesionales o
técnicas.
Actividades extraprogramáticas: Si hay espacio para el
deporte, talleres artísticos y culturales.
Igual de importante es conocer los posibles Beneficios y
Ayudas Estudiantiles del Ministerio de Educación a los que podrías acceder
estando en una determinada institución. Recuerda que para postular a algunas de
las becas es esencial que la institución esté acreditada.
-- Cuando estudiar
Los profesionales de la psicología educativa han determinado
que por cada hora de clases se deben estudiar dos horas. Todo esto nos lleva a
concluir que en cualquier cosa requerirás invertir más tiempo en estudiar y
hacer tus tareas. Ahora bien, la mayoría de los estudiantes universitarios
principiantes desperdician una sorprendente cantidad de tiempo en actividades
improductivas y carentes de sentido.
Si pasas el tiempo charlando con los amigos, paseando, o en
la cafetería en vez de estudiar en la biblioteca, estarás desperdiciando lo que
tal vez sea la hora de estudio más valiosa de todo el día.
La cantidad de tiempo que dedicas a una materia o contenido
también dependerá de los niveles de cantidad que tiene para ti su comprensión,
así como el volumen y la cantidad de material que esta representa. Dependerá
también de tu capacidad de resistencia física y mental.
Como regla para la mejor inversión del tiempo al estudiar se
ha encontrado que lo apropiado es: a) sesiones de dos horas con periodos cortos
de descanso, digamos que de 5 a 10 minutos; o b) sesiones de 3 a 4 horas si el
estudio incluye manipulación de materiales.
Los estudiantes, como todo ser humano, y más aun por su
etapa de desarrollo, están repletos de vitalidad y energía física y mental,
requiere diversificar sus acciones y pese a que su principal compromiso es
estudiar debe dedicar tiempo a otras actividades.
-- Como estudiar
Si hubiera un método único fantástico para estudiar y
asimilar toda la información mucho más rápido en lugar de pasarnos tantas
horas, días o meses encerrados estudiando seguro que todos daríamos cualquier
cosa por hacernos con el secreto. Hasta donde sabemos, por el momento nadie ha
encontrado nada semejante. Sin embargo, diversos estudios científicos han
descubierto algunos factores que pueden influir en nuestra capacidad para
aprender. Obviamente, conocerlos puede ayudarnos considerablemente a estudiar
mejor y más rápido.
1. Evitar los atracones de un día. En su lugar, planificar
sesiones de estudio más cortas durante varios días
Las investigaciones demuestran que es mucho más eficaz
realizar sesiones de estudio más cortas, de unos 20-30 minutos, a lo largo de
varias semanas, que estudiar seguido durante horas en un mismo día o unos
cuantos días.
2. Evitar estudiar por las noches y fijar unas horas del día
concretas para las sesiones de estudio
Los estudios científicos han demostrado que las sesiones de
estudio prolongadas durante la noche afectan negativamente a nuestro
razonamiento y memoria y los efectos pueden durar ¡hasta 4 días! En cambio, si
en su lugar establecemos unos horarios de estudio específicos a lo largo del
día o la semana, estaremos creando una rutina de aprendizaje y a medida que
nuestro cerebro se acostumbre a aprender en esos momentos, nos será cada vez
más fácil estudiar.
3. Fijar metas u objetivos específicos para cada sesión
En lugar de estudiar de forma aleatoria, es mejor elegir un
tema concreto y centrarse en él hasta entenderlo a la perfección. Una forma de
saber que puedes pasar a otro tema, es explicar ese tema a otra persona de
forma sencilla, si no se puede, es mejor estudiar un poco mas.
4. Hacer fichas esquemáticas con la información principal de
lo que hemos estudiado
En lugar de pasarnos horas subrayando libros y releyendo una
y otra vez los apuntes, resulta mucho más práctico hacer unas fichas
esquemáticas durante la primera lectura. Posteriormente, podremos revisarlas en
las horas de estudio o en cualquier otro momento del día mientras esperamos en
la parada del autobús o en la consulta del médico, etc. De ese modo, iremos
mejorando poco a poco nuestra comprensión de cada tema y nos será más fácil
identificar los conceptos clave y relacionarlos entre sí. Además, también
podremos consultarlas poco antes del examen, a modo de último repaso. Los
post-it de colores son muy interesantes para esto.
5. Estudiar cada tema como si tuviéramos que dar una clase
sobre él
Como parte de un estudio se pidió a un grupo de estudiantes
que estudiaran un tema. A una mitad se les dijo que después deberían realizar
un examen, mientras que a la otra mitad se les dijo que tendrían que explicar
el tema a otros estudiantes. El resultado fue que estos últimos mostraron una
mayor comprensión de los puntos principales. Básicamente, cuando nos preparamos
para enseñar, nuestro cerebro organiza la información de forma diferente, como
parte de una estructura más lógica y coherente.
6. Practicar, practicar, practicar... y volver a practicar
una y otra vez
La práctica lo es todo. No basta solo con estudiar, además,
debemos hacer ejercicios y cuestionarios relacionados. Esos ejercicios no solo
ponen a prueba a nuestro cerebro en situación, sino que una vez corregidos, nos
servirán para identificar posibles errores y lagunas de conocimiento. En caso
de pruebas cronometradas la práctica también nos ayudará adaptarnos a los
tiempos. Además, los estudios han demostrado que la práctica mejora nuestra
confianza y, con ella, nuestro rendimiento.
7. Tener un lugar de estudio fijo y adecuado
Todos los estudios indican que lo mejor es tener un lugar de
estudio fijo en el que tengamos a mano todo lo que podamos necesitar, en lugar
de estar cambiando de sitio cada día. Al igual que los horarios establecidos
estudiar siempre en el mismo sitio ayuda a nuestro cerebro a crear una rutina
de estudio asociada a ese lugar, de forma que cada vez nos será más fácil
estudiar en él.
8. No llevar el teléfono móvil al lugar de estudio
Cada vez es más habitual ver a gente estudiando con el móvil
a su lado sobre la mesa. ¡No lo hagas! Los mensajes y otras notificaciones que
recibimos en los móviles son uno de los mayores elementos de distracción hoy en
día a la hora de estudiar o de hacer cualquier otra cosa. Es muy importante
guardar el móvil y ponerlo en silencio cuando vayamos a estudiar; o mejor,
dejarlo en otra parte de la casa para evitar la tentación de mirar a cada rato
si hemos recibido algo.
9. No escuchar música mientras estudiamos
Aunque algunos estudios parecen indicar que escuchar música
clásica puede aumentar nuestra concentración, otro estudio reciente ha
demostrado que estudiar con un sonido rítmico de fondo puede dificultar la
concentración y que los que estudian sin música obtienen mejores
resultados.
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